Blog personal de Ángela Beato. Escribo lo que siento. Digo lo que pienso. Procura no tomarme demasiado en serio.

jueves, 19 de octubre de 2017

Mis dudas sobre la Ley de gratuidad de libros de texto

La Comunidad de Madrid está haciendo un sondeo por los centros escolares públicos para saber qué familias estarían interesadas en participar en el Programa Accede, el sistema de préstamo de libros de texto y material curricular gratuitos en la enseñanza básica que pretende implantar el ejecutivo regional a partir del próximo curso. Según la circular, hay que remitir esta información al centro educativo como muy tarde el día de hoy, 19 de octubre, fecha que algunos padres han interpretado como limite para apuntarse. Lo cierto es que la encuesta pretende hacer una estimación del número de alumnos con que se contaría, pero no es nada definitivo o que comprometa ni a los apuntados ni a los que han olvidado rellenarlo a tiempo. Tranquilos, la Administración tampoco ha terminado de hacer su trabajo.

Os digo esto porque precisamente hoy, la Asamblea de Madrid debate por segunda vez esta Ley de gratuidad de los libros de texto. Y os preguntaréis, ¿pero no estaba ya aprobada? ¿No nos la vendieron ya en verano a bombo y platillo? Es más, los propios padres acogimos el anuncio con alborozo; quizá a algunos la incredulidad les hizo tardar en reaccionar y celebrarlo a lo grande –ahora vemos que obrar con cautela es siempre una virtud-, pero en general todos nos alegramos porque al fin teníamos un argumento positivo entre las noticias sobre educación. Pues resulta que había algunos flecos que cortar o alguna imprecisión que pulir. Se ve que en su momento, por el error de una diputada popular que equivocó el sentido de su voto, se introdujeron en el texto unas enmiendas presentadas en el último momento por el PSOE que ahora se quieren eliminar. Da la casualidad que esas partes de la norma hablan de ayudas económicas directas para las familias, imagino que al estilo de Andalucía, donde se manejan con el chequelibro, o la Comunidad Valenciana, donde también hay dinero de por medio. El caso es que a estas alturas, cuando los centros educativos ya han remitido a las familias la circular informándonos sobre el programa y solicitando que rellenemos el cuestionario rapidito, la ley está aún siendo retocada. En fin…

Es en esta misma misiva que hemos recibido las familias donde figura la madre del cordero de este sistema que cuanto más analizo, más me inquieta. “Para participar en esta iniciativa será indispensable que los alumnos conserven sus libros y el material curricular en perfecto estado a partir del presente curso 2017-2018”. Es decir, que la base de este proyecto pasa, de entrada, por que las familias entreguemos los libros que hemos pagado este curso y recibamos a cambio los del curso siguiente, que a su vez habrán pertenecido a otra familia que los ha pagado y se desprende de ellos a cambio de otros, y así sucesivamente. Toda una cadena de favores de unos padres a otros, pero con el centro educativo de por medio. Hasta donde logro entender el primer año de este plan es perfecto, a la Administración le cuesta bastante poco, los que prestamos somos los padres, no el centro, que simplemente hace de organizador e intermediario. Algo que, por cierto, ya hacíamos muchas familias por nuestra cuenta, intercambiar libros de texto con conocidos e incluso revenderlos a un módico precio, cualquier cosa menos soportar el abuso de tener que soltar el equivalente a la mitad del sueldo mínimo interprofesional para que nuestros hijos reciban formación en la escuela pública.

El caso es que me surgen varias dudas acerca de cómo se va a gestionar este programa. A saber:

-¿Qué pasa si un alumno no conserva en perfecto estado el material? Porque los padres podemos ser muy pesados y machacones con eso de ‘Cuida los libros’, ‘No escribas en ellos’, ‘Trata bien tus cosas’, pero al final algunos ya son autónomos y no puedes estar supervisando lo que hacen todo el día. Entonces, si las esquinas del libro de matemáticas están dobladas y en alguna hoja del de Lengua un día alguien pintó un garabato que no se quita, ¿qué pasa? ¿Se le excluye del sistema? ¿Se le sanciona? Después de repasar algunas de las claves sobre esta Ley, supongo que habrá un desarrollo de la norma para saber cómo actuar en estos supuestos, pero no descartéis las sanciones y con ellas los conflictos.

-A pesar de la advertencia de esta circular, todavía hay profesores que les dejan e incluso piden a sus alumnos que rellenen los ejercicios en el libro, aunque sea con lápiz. No estaría mal que se coordinaran en ese aspecto. Además, siempre hay material de un solo uso, el workbook de marras. Entiendo que ese se facilitará nuevo cada año. Incluso, bien mirado, puede que ahora que la Administración corre con los gastos, envíe una consigna a los centros para que alarguen la esperanza de vida de los libros y no cambien de editorial con tanta frecuencia, así se ahorran unos eurillos.

-Este sistema es universal, puede participar cualquiera, es decir, no se va a tener en cuenta la renta para adjudicar los libros, así que tienen el mismo derecho la familia que gana 5.000 euros al mes que la que tiene a alguno de sus miembros en paro y va ahogada. Y ya se sabe cómo son estas cosas. Cuando se ofrece algo gratis, se apunta hasta el más pintado. Creo que si yo tuviera una posición económica holgada no entraría en esta rueda, de hecho nunca he reclamado ayuda ni beca para ninguno de mis hijos; pero quizá el resto no son como yo, y aunque no les suponga un roto el pago anual de los libros de texto, prefieren que les salgan gratis los libros y dedicar el dinero que se ahorran a mandar al niño a esquiar o simplemente a una mariscada. Lo veo poco justo, la verdad.

-Si este primer curso salen más peticiones de cursos inferiores que de superiores, es decir, si no hay suficientes libros usados para prestar, entonces digo yo que se recurrirá a la compra de los libros a las editoriales. Entonces, con qué criterio se van a repartir los nuevos. Todo el mundo prefiere estrenar libros, así que ¿harán un sorteo o será aleatorio? Lo único que está claro es que los del último curso tendrán libros nuevos y gratis. Ellos sí tendrán el honor. Que se queden tranquilos los editores, van a seguir recibiendo pedidos. ¡Ah! Los de Bachillerato que se olviden. Lo mismo que los de Infantil de 3 a 5 años. Ellos están fuera de la educación obligatoria.

-¿Y quién se va a comer el marrón de organizar este trueque? Porque no van a ser ni uno, ni diez, ni veinte los alumnos que van a apuntarse en cada centro. Me apuesto lo que queráis a que será como mínimo más del 50% del alumnado por colegio o instituto. La logística para recibir todo ese material y distribuirlo no me parece fácil. Para empezar necesitas un espacio amplio donde almacenar los libros, seleccionarlos, organizarlos, entregarlos... Sospecho que, como siempre, la inestimable colaboración de las AMPAs va a resultar de vital importancia.


Vale, sí, probablemente todo esto que me planteo son menudencias si se comparan con el fondo de la cuestión, la gran idea de evitarnos pagar entre 300 y 400 euros cada curso. Demos tiempo al tiempo y empecemos por ver si nuestros políticos se aclaran con la norma, para después esperar al final de curso y descifrar todos estos misterios.



-->

No hay comentarios:

Publicar un comentario